Si tienes
alma de emprendedor, cuando tienes una idea en la cabeza no podrás dejar de
pensar en convertirla en un negocio. Pero si te falta un poco de experiencia,
puedes cometer el error de creer que con la idea basta y es lo más importante.
Lo peor sería que te confundas con simples mitos y dejes
de planificar tu proyecto como es debido: a través de un buen plan de negocios.
Recuerda que sólo así convencerás a los inversionistas o al banco, porque ellos
pensarán más detenidamente y están preparados para detectar y eliminar los
mitos. Por eso, nunca creas en las siguientes premisas: